Laboro Chamanik, de James Brown a Led Zepellin sin escalas.
- Andrés Piris
- 7 nov 2018
- 2 Min. de lectura
El segundo disco de estudio de Mustafunk, la sorprendente banda de la ciudad bonaerense de Paso Del Rey. En este LP lleva a otro nivel la fusión del funk, el rock y el jazz que ya había experimentado en Salpica el primer disco del grupo.
Integrada por Agustín Marinelli en guitarra y coros, su hermana Camila Marinelli en la batería, Serafín Rodriguez en guitarra, Agustín Pettinato en bajo y Martín Pedernera en la voz principal, Mustafunk demostró estar a la altura de las grandes bandas fortificando y definiendo su estilo único e inconfundible.
El disco es un viaje errático entre estallidos de hard rock, suaves mesetas con baladas melódicas y curvas danzantes al groove de un buen funk.

Los solos del "Turco" Marinelli (a mi criterio uno de los mejores guitarristas argentinos de la actualidad) le dan una cuota de virtuosismo sin igual. Serafín no se queda atrás y le agrega potencia y expresividad a sus solos. El bajo de Agustín Pettinato y la solidad batería de Camila, dan la base rítmica ideal para las canciones del disco, que lejos de ser simples, varían de tempo constantemente y se sumergen en ritmos complejos.
La voz de Martín Pedernera completa la perfección del grupo. Lleno de matices, la potencia y versatilidad de este cantante queda demostrada en este LP.
Laboro Chamanik cuenta con 13 tracks entre los que se destaca la participación de invitados de lujo como Lito Vitale y Guille Arrom, el histórico guitarrista de Spinetta.

Sin dudas el séptimo track, Yogurt, se convirtió inmediatamente en un hit. Una genialidad hecha canción. Su letra, nacida posiblemente de un desencuentro amoroso, o no, acompaña perfectamente la melodía de la canción, que nos transporta desde una suave balada a una explosión en el emotivo solo de guitarra. Sin dudas el clÍmax del LP.
Otro hitazo es la canción Ciudad albinogólpica, un delirio sonante, con tiempos irregulares, que demuestran el virtuosismo y la calidad sonara de toda la banda. Quizá el track que más representa la esencia del disco y me atrevería a decir de la banda en sí.
Una recomendación personal: el track 5, Ruidos del parlante. Una obra intensa con una maravillosa base, un Agus Pettinato que desata unas líneas de bajo alucinantes. La voz de Martín Pedernera que arrasa con todo y relata esa preciosa oda a un parlante viejo del cual nadie se quiere desprender. Una verdadera locura.
Por último, por si algún despistado no se percató, el tema 12 del LP, tiene una verdadera joya casi oculta: una versión de Cementerio club el épico tema de Luis Alberto Spinetta en su sublime disco Artaud.
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